lunes, 9 de julio de 2018

Devorada por un león

El primer día de clases, a mi 4 años, me di cuenta de que no soportaba a la gente, a los niños llorando porque sus madres los habían dejado, decidí tomar cartas en el asunto y golpear a todos mis compañeros en la cabeza para que "lloraran con ganas", cosa que me costo el no tener amigos en todo el año. Paso el tiempo y ya amis 20's sentía que podía comerme al mundo, hacerlo como quisiera, salia donde se me pegaba la regala gana, donde me llevara el viento, no tenia un plan, viviendo siempre al día. Me hice de varios amigos, entre ellos un hombre de al cual llegue a conocer muy bien y el a mi. Un día, con toda la sinceridad y delicadeza que lo caracterizaba me dijo: así como eres vas a terminar siendo devorada por un león. Yo me limite a decir que si y sonreír.

Han pasado 11 años y aun no me ha comido ningún animal salvaje o eso pensé hasta esta mañana. Me levante como siempre, hasta la madre de la vida, hastiada, con dolor de garganta, no pude dormir bien en toda la noche, comencé a tener los mismos pensamiento horribles que han estado en mi cabeza desde hace un par de meses, pero esta vez no intente encontrar una explicación a través de otra persona, fue cuando me di cuenta de que si había sido devorada por un león y sin tener chance de defenderme.

Admito que tengo miedo de absolutamente todo, de perder a mi hijo, de perder a mi novio, de no ser lo suficientemente buena para nadie y para nada. Existen personas que intentan darme ánimos todos los días, lo logran, pero yo tengo el corazón y la fortaleza hechos pedazos desde hace 5 años, no logro deshacerme de pensamientos negativos ni de la sensación de querer ser perfecta, la mejor novia, la mejor madre, la mejor hija, la mejor amiga, la mejor cocinando. Si me ven enojada me dicen "tú nunca te enojas" "tú siempre estas de buenas", por fortuna se controlar mis emociones para no terminar enloqueciendo, pero por dentro me matan poco a poco, lentamente, sin hacer ruido.

Y aquí sigo, siendo masticada por el león del tiempo y las inseguridades, esperando que un día se decida a escupirme y me deje vivir. No puedo decir que soy infeliz, tal vez es todo lo contrario pero cuando el león clava sus dientes muy muy fuerte sobre mi, se me va un pedacito de vida.